28 de octubre de 2010

¿Vuelve la solidaridad?

Llevo sólo dos semanas en el curso de Comunidades Virtuales. En estos días he leído la documentación de las asignaturas de este primer cuatrimestre, artículos recomendados y bibliografía; y he visto algún video y presentaciones propuestas por los profesores o mis compañeros. ¡La cabeza me va a explotar! Pero no de volumen de información sino de volumen de posibilidades que ofrecen las redes en internet.
A todos nosotros nos ha llegado algún correo con el título ”cómo hemos cambiado”, en el que se comparaban los hábitos de hace unos años con los actuales. Seguro que según íbamos leyendo nos aparecía la sonrisa y, punto tras punto, íbamos asintiendo con la cabeza. El lenguaje no verbal nos delataba.
El rápido avance de la tecnología nos ha cambiado las costumbres, tanto personales como profesionales. En mi opinión para mejor, aunque ahora existan “maquinitas del diablo” que en más de una ocasión nos saquen de quicio. Pero es un daño colateral que estamos dispuestos a asumir.
Yo siempre había pensado que la llegada de internet nos iba a volver más autistas y egoístas de lo que la Sociedad, de por sí, se estaba volviendo. Estaba convencido de que la gran oferta existente y el anonimato que nos ofrece la red nos iba a volver seres menos sociables todavía. Claramente estaba equivocado. No digo que alguno no se haya encerrado en casa y le busquen por desaparición, pero está claro que “las Redes Sociales no son más que la evolución de las tradicionales maneras de comunicación del ser humano, que han avanzado con el uso de nuevos canales y herramientas, y que se basan en la co-creación, conocimiento colectivo y confianza generalizada”, como apunta Juan Merodio en su libro Marketing en Redes Sociales.
Lo más importante de todo es que la comunicación entre las personas ha crecido exponencialmente. Ahora lo tenemos mucho más fácil. Y esa capacidad, unida al cansancio y la poca confianza que nos ha ido calando desde las grandes empresas, la banca y la política, ha hecho que la solidaridad empiece a florecer. A través de las Redes se ha conseguido una fraternidad entre usuarios, que estaba en peligro de extinción. Se trabaja en grupo, las decisiones se empiezan a democratizar (hasta hay un equipo de futbol dirigido por sus 30.000 aficionados a través de la web), existen comunidades de ayuda para madres, viajeros, cinéfilos, o cualquier cosa, si necesitas un consejo o una ayuda para una compra, un viaje, una avería en el coche o lo que sea, en la red lo encontrarás, etc. etc.. Cada uno ofrece sus conocimientos. Y todo de un modo altruista.
Y esto es sólo el principio. Confiemos en que este cambio cultural nos devuelva a los valores que nunca debimos perder.
Ya sé que siempre existirán peligros y personas que se aprovechen de la situación, pero a mí me vale con ver que la metamorfosis ha comenzado.

25 de octubre de 2010

Las Leyes de Newton (II)

Vamos a continuar con las leyes de Newton aplicadas a la educación de los más pequeños. Voy a intentar concretar lo más posible porque el tema se podría alargar demasiado. Así que dejo un apunte para que cada uno siga con la reflexión. Sería muy similar para una empresa, para un equipo de futbol o para una pareja. Sólo se trata de darle un par de vueltas a la cabeza.
1.- Ley de inercia.
Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.
Nos indica que un cuerpo no puede cambiar por si solo su estado inicial, ya sea en reposo o en movimiento, a menos que sea forzado por fuerzas externas. Hay que actuar sobre él.
Los niños necesitan esa fuerza externa que somos los adultos para su crecimiento. En este caso, lógicamente, me refiero a educación, que fuerza suena demasiado a violencia. Sin alguien al lado ¿creéis que estudiarían lo necesario?, ¿que comerían algo más que chucherías y macarrones?, ¿que se comportarían cívicamente?, ¿que no dejarían todo por el suelo? (vale, esto lo siguen haciendo), ¿que dejarían de ver dibujos? Claramente necesitan de un adulto para formarse. Y aquí es donde viene el problema. ¿Estamos los mayores preparados para ejercer todas esas “fuerzas”? Los niños por si solos no van a cambiar y las necesidades en la infancia son bastante diferentes a las que se encontrarán cuando crezcan. Es nuestra función el prepararles para ellas. No funciona el “déjalo, todavía es pequeño”, “cuando sea mayor ya cambiará”, “ya le enseñarán en el colegio”, etc. Y no me refiero a que haya que ser sargentos desde que nacen, ni mucho menos.
Tened en cuenta que no viven en un mundo perfecto y que si nosotros no hacemos esa presión existirá quien la haga. El rozamiento, la fricción o el impulso, aspectos de los que hablamos en física, se convertirán en “los amigotes”, la novieta de turno o cualquier grupo al que se una.
Vamos a ver algún ejemplo de los tres casos que se pueden dar:
  • Reposo. Si disponemos de una partícula parada, a no ser que se le empuje (por ejemplo), ésta no se moverá nunca. Hay que forzar a los niños a experimentar cosas nuevas, que coman de todo, que se apunten a algo, que socialicen, etc.
  • Sin rozamiento. Si a una partícula (por ejemplo un patinador sobre el hielo -modelo de un sistema sin rozamiento-) con velocidad inicial distinta de cero, no se le obliga a frenar con fuerzas de fricción o con un tope, ésta conservará la velocidad que llevaba de forma constante por tiempo infinito. Hay que ponerles frenos. Los niños, como todos en la vida, tensamos la cuerda para ver hasta dónde pueden llegar. ¿Por qué nos sorprende que con los tíos se comporten de una forma normal y con los padres de otra? Son pequeños, no  tontos, y saben la longitud de cada cuerda. Debemos poner el freno donde creamos oportuno. Por sí solos ellos no pararan.
  • Línea recta. Caso de una partícula (de nuevo podría ser el patinador) que se desplaza a velocidad constante. Ésta viajará siempre en línea recta a no ser que una fuerza externa (por ejemplo, un empujón) la obligue a girar y cambiar su ritmo. El niño busca su felicidad en cada momento, otra vez como todos. Pero nosotros tenemos que tener también la visión a medio y largo plazo. Cuando un niño se desvía, por si solo no va a regresar al “buen camino”.
Las formas y modelos de cómo hacer las cosas en cada caso, las best practices, se lo dejo a los psicólogos. Bueno, seguro que tú las conoces, aunque las preocupaciones, el cansancio o la pereza puntual actúen de fuerzas paralizantes en algunos momentos.
2.- Principio fundamental de la dinámica de traslación.
El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime.
El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz que se le ha impreso, y sigue en la dirección de la línea recta en que se le imprimió la fuerza. Esta variación no es inmediata, sino que lleva instantes diferenciales de tiempo.
Si queremos modificar la actitud de los niños en cualquier aspecto debemos, por un lado, ejercer la enseñanza necesaria dirigida hacia el objetivo y, por otro, con la intensidad necesaria. Y todo ello llevará un tiempo hasta que se obtenga los resultados deseados.
A los niños hay que encaminarles a base de una educación constante y consistente. Es muy importante no tener dudas en el propósito final, que actuemos con unas ideas concisas. No vale transmitirles hoy una cosa y mañana la contraria. Tenemos que tener clara nuestra misión con ellos y los principios y valores que queremos que aprendan. Si nuestra actitud con ellos tiene esta base todos los “comunicados” irán en la misma dirección y, más tarde o más temprano, conseguiremos que ellos circulen por el camino que deseamos.
3.- Principio de Acción y reacción.
Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en direcciones opuestas.
Si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección, pero de sentido contrario (reacción).
De forma sencilla se explica diciendo que las fuerzas funcionan a pares y simultáneamente. Si uno empuja una pared, la pared le empuja a él con igual fuerza. En el momento en que la atraviesa es porque ésta ha sido más débil y acabó cediendo su fuerza.
En este caso yo veo tres posibles situaciones:
  • Fuerzas externas. Como comentaba antes, el mundo en el que vivimos no es perfecto, y los niños se van a encontrar muchas “fuerzas del mal” a lo largo de su vida. Nuestra función es estar alerta y tratar de mitigarlas con “fuerzas del bien” (cariño, comprensión, diálogo, etc.) con una intensidad mayor. Contrarrestaremos sin problemas las malas influencias.
  • Sus reacciones. La mayoría de las veces cuando intentamos educar a un niño le sacamos de su zona de confort, y reacciona con una energía similar al reto que le proponemos. Es lo normal, los adultos lo hacemos a diario. La labor será hacerle ver que el desafío es posible, para que rebaje su reacción, y ejercer fuerzas de ayuda. Pero nunca dejarnos vencer. Volvemos a lo mismo, si tenemos claro por qué le retamos y cuál es el beneficio que percibirá tendremos la suficiente firmeza para resistir.
  • Sus peticiones. Es un aspecto similar al anterior. Los niños saben cuál es la forma de conseguir lo que quieren con las personas que le rodean. Cuando esta parezca excesiva tendremos que reaccionar con la misma fuerza que ellos.
El mundo está lleno de fuerzas que nos dirigen hacia un camino u otro, con mayor o menor velocidad. Seamos para nuestros hijos una mezcla de David y Goliat, con la fuerza suficiente para lanzarlos y con la inteligencia necesaria para elegir dónde caerán.

22 de octubre de 2010

Las Leyes de Newton (I)

Estoy soltero. Con compromiso pero soltero. Y no tengo hijos, aunque mi compromiso traía 3 consigo. Eso sí, me gustan los niños. Las malas lenguas dicen que porque soy uno más entre ellos. Y no seré yo quien lo niegue. Os cuento estas premisas para poneros en situación de lo que os voy a contar. Sé que me estoy metiendo en camisas de once varas, pero es que si no lo hiciera… no sería yo.  Es como la frase que he leído hoy: "Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción." Sí, suena es un poco cursi, pero si la interpretas bien es preciosa: todos tenemos algo que decir. Pero no hablar por hablar sino levantar la voz cuando hay algo que aportar. Si no, guarda silencio.
Creo que muchas veces, por no decir todas, “los arboles no nos dejan ver el bosque”, que necesitamos de perspectiva para poder apreciar la globalidad de las cosas. Y me refiero a nuestro equipo de futbol, nuestro tendencia política, nuestra pareja, nuestros amigos, nuestra empresa, nuestros compañeros, etc., etc. Y por supuesto, y por encima de todo… nuestros hijos. Está claro que nuestra subjetividad es más fuerte que la realidad. Y no seré yo quien diga que el bebe de cada madre no es el más bonito del mundo, ni que todos los hijos no son los más listos, ni que no son los amigos los que le llevan por el mal camino, ni que un suspenso no sea porque el profesor le tiene manía. Bueno, sí seré yo. No, no y no.
Es cierto que esa parcialidad es en muchos casos provechosa y completamente necesaria, ya que es el pegamento que mantiene unidas las relaciones. Sin amor no sólo no aguantaríamos a la familia, los amigos o incluso la empresa (en este caso el amor a sentirse integrado, al crecimiento personal o profesional, amor a la nómina o a cualquier otro motivo por el que cada uno trabaje), si no que no nos aguantaríamos ni a nosotros mismos. Sí, siento comunicaros que no somos perfectos, y si nos miráramos objetivamente al espejo…
Teniendo en cuenta la forma en que pensamos y actuamos con los hijos ¿por qué no escuchar las voces externas? Siempre y cuando vengan desde el cariño, por supuesto. Es más, ¿por qué no pedimos opinión simplemente para comprobar lo que va bien y en lo que nos estamos equivocando? Para mí la respuesta es fácil, pero que cada uno saque sus propias conclusiones. Las empresas contratan consultores de todo tipo para mejorar su productividad, su eficacia y su eficiencia, ¿somos nosotros tan listos como para no necesitar ayuda con lo más importante que tenemos en nuestra vida?, ¿no deberíamos hacer “reingeniería de procesos” en algunos aspectos?
Yo, como el pájaro que tiene su canción, también tengo mis opiniones, que no tienen por qué ser las más correctas, pero espero que al menos sirvan para pensar. No quiero que nadie se sienta aludido, y mucho menos que se enfade. Sólo pretendo que cada uno recapacite, reflexione y piense si es necesario mejorar sus actitudes y la educación de sus hijos. Leía el otro día una entrevista en Executive Excellence de Junio de 2007 a Juan Mateo, un referente en la formación empresarial,  en la que le preguntaban por la falta de reflexión de la alta dirección, de amplitud de miras y de preguntarse el por qué de los temas. La respuesta me parece antológica: “Falta reflexión pero por parte de todos. No hay un trabajo más difícil que el de pensar. Pensar es agotador y muy complejo, por tanto, es algo de lo que huimos. Al ser humano le gusta aquello que hace muy bien y que puede realizar reiterativamente; aquello que automatizas porque tienes talento para hacerlo es lo que repites más a menudo; como no te cuesta, te encuentras cómodo. Salir de la zona de confort cuesta, y pensar implica alejarse de esa zona de confort.
Me parece un tema muy interesante, pero lo dejaremos para más adelante porque este post se me ha ido de las manos, y como podéis comprobar todavía no he hecho mención a Newton. Estudié C.C. Físicas en la Universidad Complutense de Madrid. Sí, soy físico, aunque mi cuerpo no lo demuestre. En aquellos años, como para la mayoría de vosotros, para mí la física era eso, aquella asignatura de ciencias puras que a algunos nos gustaba y otros odiaban. Pero con el tiempo me he ido dando cuenta que no sólo se trata de fórmulas más o menos complicadas, ni de científicos “locos”, ni de un trabajo de laboratorio, sino que está muy relacionada con el comportamiento humano.
Os iba a dejar mis reflexiones sobre las tres leyes de Newton aplicadas a la educación de los más pequeños, pero se me echa el tiempo encima y lo tendré que dejar para otro día. Para que vayáis pensando (si es que alguno lee esta entrada antes de que continúe) os dejo el enunciado de las leyes, sacadas de nuestra querida Wikipedia.
1.- Ley de inercia: Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.
2.- Principio fundamental de la dinámica de traslación: El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime.
3.- Principio de Acción y reacción: Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en direcciones opuestas.

20 de octubre de 2010

Parados

Esta mañana he estado en el Centro de Tecnificación de golf de Madrid dando unas bolas. Un poco apartado (Parque Deportivo Puerta de Hierro,antiguo Parque Sindical) pero con un ambiente muy agradable y con muy buenos precios.
Las razones que suelen llevarme a dar un paseíto y practicar mi swing son dos:
·         Una es incorporarme y practicar un deporte individual que me permita seguir haciendo deporte el día que cuelgue las botas. A mis años, cada día es más difícil encontrar equipos  con los que jugar. Y aunque todavía me mantengo semanalmente en tres liguillas, las piernas ya no responden como hace 10 ó 15 años. Ni como el año pasado!
·         La segunda, y en estos momentos más importantes, es salir a dar un paseo, que me dé el aire y el sol (qué buen día hacía hoy!) y pasar un rato sin pensar (bueno, sólo en cómo narices se pega a la bolita).
Llevo un tiempo sin trabajo. Estoy en paro, aunque ahora lo políticamente correcto sea decir que soy un “trabajador disponible”, un “oferente de empleo” o, como me he enterado hoy que se acuñó la situación en Canadá, estoy "between jobs". Seguro que hay más definiciones posibles, unas más certeras y otras más graciosas, pero la realidad es que es un periodo donde tenemos el peligro de que la mente se desvíe en mala dirección.
Está claro que el primer objetivo de alguien sin empleo es conseguir trabajo. Y hay muchas formas de intentarlo, aunque no es tan fácil lograr el éxito en este país con los políticos que nos gobiernan, ni con la oposición, ni con los sindicatos, ni con la poca solidaridad que existe en la Sociedad. Pero este es otro tema, que mejor no tocar.
Yo quería hablaros de la situación que vivimos todas estas personas en el periodo de búsqueda de empleo. Se ha publicado mucho respecto a este tema, sobre todo por parte de psicólogos. Sinceramente no creo que sea para tanto, pero sí que debemos preocuparnos un poquito más de lo normal, ya que no estamos acostumbrados a tener tanto tiempo libre, a no tener una responsabilidad, y podemos dejarnos llevar por la depresión.
Aquí van mis humildes consejos para mantenerse mentalmente activo mientras trabajamos “buscando trabajo”, que debe ser nuestra ocupación principal :
  • No perdáis la autoestima. No hemos hecho nada malo, no somos delincuentes.
  • No os encerréis en casa. Aprovechad el tiempo para caminar, hacer deporte, visitar museos, o cualquier otra cosa que os guste pero fuera de esas cuatro paredes que te recuerdan tu situación.
  • Tienes ese tiempo que siempre deseaste. No lo pierdas y dedícale tiempo a tu hobbie, fórmate, lee libros, acude a conferencias, viaja, etc.
  • Haz networking. Es el momento de relacionarte. Primero porque volver a comer o tomar una cerveza con ese amigo al que hace meses que no ves te agradará. Y segundo, y un poco egoísta, porque no sabes quién te puede abrir la puerta de tu próximo trabajo.
  • Reflexiona. Quizás este momento sea perfecto para analizar tu vida. No sólo la parte profesional, que también, sino qué cosas son importantes para ti, qué falta en tu vida (además del trabajo), qué sobra, qué te hace feliz, en qué eres bueno, en qué puedes mejorar, etc.
Y para los que nos tenéis que soportar día tras día, sólo pediros que nos tratéis como personas normales, no estamos enfermos, ni hemos cometido ningún delito. Acercaros sin miedo a meter la pata, hablarnos con normalidad, y estad sólo un poco más atentos con nuestra situación. Os aseguro que no hay nada que más nos hunda que sentirnos como un problema. No sólo nos hemos quedado sin trabajo, hemos perdido las relaciones profesionales, sino que además nuestras relaciones sociales y familiares se desvirtúan. Seguimos siendo los mismos, quizás un poco más alicaídos y reguñones, pero no nos lo tengáis en cuenta, sólo es temporal.
Por cierto, ya sé por qué sigo jugando al futbol.

19 de octubre de 2010

Tú eliges: quién eres o quién serás.

Aquellos que me conocen saben bien que no creo en las casualidades. Todo lo que nos sucede tiene un por qué aunque no lleguemos a entenderlo. Hace unos años leí una frase, de no recuerdo quién, que define mi forma de verlo: “mi vida ha estado llena de puntos inconexos, que sólo a la vejez logré unir”.
Os cuento las “casualidades” que me han llevado a pasar una noche en blanco y que pienso pueden hacer reflexionar a más de uno.
1.- Pertenezco a la Asociación de Antiguos Alumnos de IEN-CEPADE y estamos preparando una nueva actividad, a la que hemos llamado “En torno a un libro”. Será una tertulia, nada académico, en la que charlaremos sobre un tema concreto de actualidad, elegido a partir de un libro. A ellas invitaremos a un profesional que nos dará su punto de vista y resolverá las dudas. Para la primera reunión hemos seleccionado “Historias curiosas de los negocio”, un libro de Agustí Sala sobre ideas, éxitos y fracasos. Como invitado tendremos la valiosa presencia de Gustavo Mata, consultor y profesor de estrategia de las mejores Escuelas de Negocio, y del que tuve el placer de ser alumno. Aproveché para echarle un ojo a su blog y su última entrada lleva como título “No hagáis nada que no os guste hacer”. Echarle un ojo porque merece la pena.
2.- Soy un aficionado a las series. Cuando trabajaba las veía como entretenimiento, como momento de relajación y de desconexión del mundo, sin tener que preocuparme más que de estar frente a la tele. Desde hace un tiempo he descubierto que en cada capítulo de cada serie hay algún tema, alguna conversación o algún comportamiento digno de analizar y reflexionar, digno de incluir en algún libro de “autoayuda”.  Ayer tocó un capítulo de Bones en el que la protagonista descubre que sus padres fueron ladrones de banco. Tras resolver el caso del día y con la dureza de afrontar el pasado, en la última escena brindan “por lo que somos y lo que seremos”.
3.- La última “casualidad” me llegó cuando en mi correo tenía un mensaje con un link al blog del Grupo Finsi (desconocidos para mi hasta ahora). El post era “Catorce minutos con Mario Vargas Llosa” en el que describe, a partir de un artículo publicado en El Pais, los catorce minutos que pasó Mario Vargas Llosa desde que le comunicaron que le habían concedido el Premio Nobel hasta que se hizo oficial. Lo que me llamó la atención es el consejo que le dio su tío Lucho, que le animó a ser escritor y por el que dejó la carrera de Derecho. Le dijo que no seguir la propia vocación es traicionarte y condenarte a la infelicidad.
Tras (o durante) la crisis y en este mundo en el que nos ha tocado vivir es difícil decidirse por romper con la estabilidad que nos pueden dar nuestro posición actual (puesto de trabajo, situación personal o social), y encaminarnos hacia un futuro incierto, como hizo Vargas Llosa. Yo no seré quien os empuje a ello, pero si queremos empezar a construir el resto de nuestra vida entorno a la felicidad, si queremos brindar por lo que seremos y sentirnos llenos y satisfechos al final de nuestra vida quizás deberíamos comenzar a pensar en ello.
Yo sigo buscando mi vocación…

18 de octubre de 2010

Arrancamos

Entro de puntillas en este tumultuoso mundo. Si bien es cierto que este blog aparece como requisito de un curso de Redes Sociales que comienzo hoy en CEPADE, no lo es menos que llevaba tiempo pensando en dar este paso. Creo que es una magnífica oportunidad para compartir nuestras reflexiones e ideas sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
Todavía no tengo muy claro hacía donde irá enfocado. Mi idea es tratar cualquier tema o circunstancia que aparezcan en mi vida, pero supongo que el tiempo “dará o quitará razones”. Lo que os aseguro es que las entradas que deje llevarán trasfondo.
Desde este primer post quiero agradeceros todos los comentarios que vayáis dejando. En primer lugar porque significará que habéis dedicado un tiempo en leerme. Y en segundo porque contribuiréis a dar valor a este blog.
Un saludo a tod@s