Todo está en nosotros. Sí, en cómo miramos a nuestro alrededor, en cómo asimilamos la información que nos llega y en cómo decidimos darle utilidad. En estos momentos estoy leyendo el libro “Poderosa mente”, de Bernabé Tierno. En él nos habla del poder de la mente, ¿de qué si no?, de las posibilidades y beneficios que esconde nuestro cerebro, de lo moldeable que es y de cómo podemos acostumbrar a nuestras neuronas a crear pensamientos positivos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwBEIYX9ezBBsk49zQt7DbeVXf7Ss6EGHKc3Zn-g36mwVjBL2mbH_bwgmwyLtpRzjdHQVwkxJpVlJALw8IAiY30b6CgI8a7y5PjYw_nQ4L7JAnpsh_QN9VJbdkS0R7xYHLw9mjPLZIsd4/s320/felicidad.jpg)
Sigamos. Está claro que nuestro estado de ánimo depende de nosotros mismos. Sí, existen casos en que no podemos controlarlo, pero, si sois sinceros, estaréis de acuerdo conmigo en que cualquier situación se puede abordar de una manera positiva o caer en el desánimo, la ira o la rabia. Debemos aprender a mirar la vida con optimismo y a educar a nuestra mente a crear reacciones positivas. Todo lo que tenemos que hacer es pensar en lo provechoso de cada situación, en lugar de quedarnos en el lamento. Como para todo en la vida se necesita práctica. Es necesario ejercitar nuestro cerebro para que vaya “programándose” de nuevo hacia una realidad más acorde con la felicidad que buscamos. No se trata de “apagar y encender”, pero sí de ir instalando nuevas conductas en nuestro cerebro.
Mi alegría matutina se deberá al último sueño que he tenido esta noche. No suelo recordarlos, pero seguro que es lo que ha hecho que me levante contento. Ahora sólo queda que sea mi consciente el que decida empezar a construirse una vida más feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario