Recupero hoy una de mis primeras entradas porque creo que el
amor es el único halo de esperanza que nos queda. Y si entonces hablaba de
empresas y empleados, la historia sigue siendo la misma si hablamos de países
y ciudadanos. El amor, entendido como servicio, respeto, solidaridad, lealtad, justicia y
responsabilidad, debe ser nuestro compañero de viaje.
Recuerdo que hace unos
años mi novia me sorprendió en el cumpleaños con un libro, “Los diez secretos
del Amor abundante”. Más tarde entendí el por qué de aquel regalo y de su
dedicatoria. Yo no estaba habituado a la lectura, a menos que fuera prensa
deportiva, pero “la curiosidad mató al gato” y así empezó el final de aquella
relación.