Nuestros hijos nos dan
lecciones cada día. Escuchémosles porque su futuro está en nuestras manos y no podemos cruzarnos de
brazos ante el mundo que les estamos preparando. Reciclémonos cuanto antes para
ofrecerles un planeta donde jugar.
El sábado cuando llegué a casa tras una larga mañana de
trabajo y un viaje relámpago de ida y vuelta a Plasencia a un entierro, me
encontré a la princesita de la casa con el nuevo iPad. Antes de un hola o un
beso, me gritó “¡ven, ven, mira!”. Estaba en YouTube viendo un video de
reciclaje para niños. La verdad es que entre mi sorpresa y su ilusión por enseñármelo,
me acerqué y lo vi todo lo atento que el cansancio y las ganas de meterme bajo
la ducha me dejaban. Cuando acabó, le dije: “vuelve a ponerlo, por favor”. Tras
la segunda ocasión, le di un beso mientras le comentaba: “ya tengo mi próxima
entrada del blog”.
He leído estudios que demuestran que el ser humano ve “lo
que quiere ver”, está inconscientemente más “abierto” a las cosas que ocupan su
mente. Las embarazadas empiezan a ver que el mundo está lleno de mujeres en
estado. Si te rompes una pierna de pronto la mitad de tu ciudad va escayolada. Cuando
te pones brakets o gafas todo el que te rodea está arreglándose la boca o ha
perdido vista. Y el día que recoges tu coche nuevo, con toda la ilusión, parece
que lo regalaban en el concesionario. Nuestra mente se dirige hacia lo que
realmente le importa dejando en una visión periférica el resto.
Esto es lo que me pasó a mí el sábado. Según iba escuchando,
poco oía sobre el reciclaje de latas, botellas, papel, etc. Lo único que
llegaba a mi mente era el grito de auxilio del planeta hacia la humanidad. La necesidad
de un reciclaje profundo de la Sociedad. La obligación de un cambio de rumbo “por
un planeta mejor, un mundo para soñar”.
En nuestras manos está construir un lugar digno para
nuestros hijos, donde crezcan felices y justos, solidarios e íntegros, leales y
respetuosos. De nuestras decisiones saldrá el mundo que ellos habiten, el planeta
oscuro y denostado que tenemos o el multicolor y alegre que podemos construir.
Creo que fue Gandhi quien dijo: “mañana tal vez tengamos que
sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no
podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a
pelear”. Hagamos como el líder de la resistencia pacífica y la no-violencia, prediquemos
la transformación social a través del perfeccionamiento espiritual del hombre.
Demostremos que el pacifismo es un instrumento viable para alcanzar objetivos
políticos ambiciosos. Nuestros hijos nos lo agradecerán.
En las imágenes del video aparecen estas palabras de JohannWolfgang von Goethe ”dejemos que todos barran frente a su propia puerta y el
mundo entero estará limpio”. Si cada uno de nosotros da un pequeño paso en su interior conseguiremos rápidamente “aprender a volar al reino de la ilusión”
y “escribir en el viento una nueva canción”.
¿Qué canción quieres que oigan nuestros pequeños?
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